Concierto: Jerry González trío en Jazzazza. El soplo del genio

Las magníficas fotos que ilustran el artículo son de Esther Cidoncha
Nunca estaremos suficientemente agradecidos los buenos aficionados a Jota por su buen hacer al frente del Jazzazza. Ha conseguido recrear esa atmósfera mágica de un auténtico club de jazz y además lo ha dotado de una programación excelente. El concierto de Jerry González Trío, el pasado 28 de abril, uno de esos mitos vivientes que todavía pululan por los escenarios, fue buena prueba de ello.
Formación: Jerry González Trío
- Jerry González, trompeta y percusión
- Javier Colina, contrabajo
- Nirankar Khalsa, batería
El concierto
Jerry González es uno de los grandes de eso que algún avispado dio en llamar Jazz latino. Entre nosotros alcanzó gran popularidad a raíz de su aparición en la celebrada película de Fernando Trueba “Calle 54”, pero antes nos había regalado algunas de las mejores páginas de ese jazz de acento caribeño, al frente de la inolvidable Fort Apache Band.
Hace ya años, precisamente después del film de Trueba, fijó su residencia en España, donde seguramente cuenta con más oportunidades de grabar y tocar y donde nos ha dejado ya unos cuantos álbumes de manera algo irregular, pero en los que siempre se esconde el soplo del genio.
Lejos quedan los tiempos de aquellas poderosas descargas de la Fort Apache que nos dejaron completamente noqueados, especialmente aquel impresionante “Rumba para Monk”. Su deterioro físico es evidente y ahora acomete sus apariciones en público de manera mucho más reposada. Uno no puede por menos que evocar lo que debían de ser las últimas actuaciones de Chet Baker cuando pese a su deterioradísima salud era capaz de subir a un escenario y hacer que el público enmudeciera.
Y eso es precisamente lo que pasó la otra noche en Jazzazza, ese aliento, genialidad, magia o llámalo como te plazca, se desplegó de nuevo por el local de Aljezares y el bueno de Jerry se marcó un intenso e íntimo concierto, casi olvidándose de sus orígenes caribeños y centrándose en las composiciones de su admirado Thelonius Monk (otro que sabía bastante de genialidad) y algo de Miles. Incluso limitó mucho su faceta de percusionista; un poco de cajón flamenco y algún toque aislado de conga fueron todo su bagaje. Lo demás lo llenó por completo su trompeta con sordina y el fliscorno.
Y para ello contó con la colaboración de una sección rítmica que ya quisieran muchos: el siempre sólido contrabajo de Javier Colina y un batería tan sobrio como efectivo: Nirankar Khalsa. De Javier Colina poco se puede añadir a estas alturas. Quien tenga un poco de interés por el tema sabe que es probablemente el contrabajista más completo del jazz nacional. Su rasgueo de las cuerdas como si de una guitarra flamenca se tratase te deja en vilo y además se permitió el lujo de regalarnos un diálogo memorable con Jerry durante la interpretación de “Round Midnight”.
Y así transcurrieron dos pases que supieron a muy poco. Jerry llegó, sonrió, tocó y se fue y los pobres mortales nos quedamos con la cara de tonto que se te pone cuando sabes que has asistido a una de esas actuaciones que circulan entre lo genial y lo mágico. Difícil de contar.
Mi valoración
Más sobre la escala de valoración…
¿Cuál es tu opinión? ¿Viste este concierto? ¿Has visto otro concierto de Jerry o Colina o Nirankar? Te escuchamos, lector.
Sorprende la mezcla tan lograda de percusión y viento en un mismo músico. Muy curiosa esta entrevista también: http://www.youtube.com/watch?v=_PgdI7WKByo
🙂