En recuerdo de Charlie Haden

El amigo de JazzTK Revista digital de jazz Carlos-Luis Marugán Rebollo nos ha remitido un texto y una selección musical sobre uno de los grandes nombres del jazz que nos dejó el pasado verano. Lo reproducimos a continuación agradeciéndole su aportación.

Charlie Haden, contrabajista, compositor, líder de agrupaciones musicales, activista cívico implicado con los problemas de la contemporaneidad, nos abandonó el pasado 11 de Julio del 2014. Complicaciones de un síndrome post-polio que sufría desde su infancia, provocaron su fallecimiento a los 76 años de edad. Además, su aversión e intolerancia hacia el sonido con alto volumen, le hicieron contraer hiperacuosis, por lo que debía actuar en los últimos años protegido por un biombo de plexiglas que le aislaba especialmente de los instrumentos de percusión.

No hacia falta ver los créditos de una grabación donde participaba, con solo escuchar un racimo de notas… sabías que era Charlie Haden. Raíces sureñas de blues, sonido devastador, sensibilidad exacerbada, filosofía del contrabajo. Autodidacta,maestro de la simplicidad, imaginación intuitiva, comodín de grandes solistas. Era la imagen contraria  a la del virtuoso autocomplaciente que se dedica  a utilizar el bajo acústico como una ametralladora de notas, cuantas más coloques por compás más satisfecho.

Mucho tenían  que ver con su peculiar aproximación al contrabajo, los viejos modelos del siglo XIX que adopto como instrumentación base. Su Pöllmann alemán elaborado con madera rojiza proveniente de los bosques amazónicos, presidido en su mástil por una talla de cabeza de león. Su Vuillaume, surgido del taller artesanal del luthier francés, que revestía con un barniz secreto su limitada y elitista producción.

Utilizaba cuerdas de tripa de animal que él mismo confeccionaba, desechando las metálicas a las que consideraba frías e impersonales.

Fue docente muchos años en el California Institute of Arts/ Cal Arts, donde sus  personales charlas-coloquios abrieron nuevas perspectivas a un buen número de futuros músicos creativos.

Junto a su Big Band, Liberation Music Orchestra se implico en pro de la lucha contra la injusticia social, la explotación de los pueblos oprimidos, la falta de democracia participativa en Estados Unidos, y la salvaguarda de la naturaleza y el mundo animal en extinción. Con esta agrupación ejecuto la reorquestación de temas-estandarte republicanos de la Guerra Civil  Española (“Sí Me Quieres Escribir”, “El Quinto Regimiento”). Siempre mostró su simpatía hacia los voluntarios norteamericanos de La Brigada Lincoln que participaron en el conflicto bélico hispano.

En 1971 tras dedicar un tema a los movimientos de liberación de Angola y Mozambique durante un concierto en Portugal, fue detenido y torturado por la policía lusitana de la dictadura postsalazarista. Fue una experiencia traumática  que le marco para siempre según confesión propia.

Descubrí a Charlie Haden siendo adolescente pasada la mitad de la década de los setenta, en los emblemáticos álbumes del indomable e incendiario cuarteto del saxofonista alto Ornette Coleman. Allí estaba cual pilar incombustible, el alma del grupo, el apoyo de la inventiva armolódica colemaniana. Marcaba un ritmo contagioso y se permitía excursiones mercuriales solistas. Jamás habia escuchado algo parecido. Que música tan rara, pero que hermosa a la vez, pensaba en mi interior.

Poco tiempo más tarde cayeron en mis manos una serie de vinilos comprados por catálogo (costaban entre 75 y 100 pesetas la unidad, años 1976-77), algunos pertenecían a una serie llamada “Jazz Club”, un puñado de ellos eran del cuarteto americano del pianista Keith Jarrett, registrados en el sello discográfico Impulse!. Aquel intertoque grupal con Dewey Redman al saxo tenor me cautivo y por supuesto allí estaba Charlie Haden complementando, respaldando, encauzando las improvisaciones jarrettianas proyectadas hacia un derroche de lirismo imposible.

Ya en los años ochenta, un amigo fotógrafo me propuso escuchar en su casa una serie de discos que había traído de Italia, entre ellos el de un combo con un extraño nombre: Old And New Dreams. Aunque, las dudas se disiparon muy rápido al observar los créditos: eran todos discípulos del iconoclasta Ornette Coleman. Don Cherry (corneta), Dewey Redman (saxo tenor), Ed Blackwell (batería) y nuestro querido Charlie Haden (contrabajo). Cuarteto de fugaz existencia, marca un hito en la carrera hadeniana, es el reencuentro y la actualización del lenguaje ornettiano y a su vez la adición de ricas y coloristas aportaciones de sus miembros. “Dewey’s Tune” y “Guinea”, son joyas de ejecución contemporánea.

En diálogo en dueto junto a destacados pianistas, Haden impacta profundamente. Sencillo y solemne a la vez, el poeta del contrabajo te llega a lo más interno de tu ser, aniquila toda indiferencia. Parece que no toque notas, parece que toque sentimientos.

La lista de compañeros al piano es profusa: Hank Jones, Kenny Barron, John Taylor, Paul Bley, Denny Zeitlin, Gonzalo Rubalcaba, Chris Anderson… y por supuesto Keith Jarrett.

Tantos recuerdos, tantas sensaciones se agolpan en mi mente al redactar esta sentida semblanza que no puedo por más que ponerme inmensamente triste. Es como perder una banda sonora que te ha acompañado musicalmente a lo largo de tu vida. Todavía resuenan las notas de su inextinguible contrabajo en el panteón de la música genuina y combativa. Descanse en paz por siempre Charles Edward Haden, tu llama sonora no se apagará nunca.

Publicado originalmente en la revista cultural Ars Creatio – invierno 2014, Torrevieja.

© Esther Cidoncha - CharlieHaden - Teatro Real

Selección musical

  • Charlie Haden & Hank Jones, Nobody knows the Trouble I’ve Seen: la versión instrumental más maravillosa que se conoce de este espiritual religioso.
  • Geri AllenI’m All Smiles: formando parte del trio de la joven pianista junto al batería Paul Motian.
  • Charlie Haden & Keith JarretFor all we know: presintiendo lo inevitable todavía pudo dejarnos gemas sonoras como esta.
  • Charlie HadenMy Love and I: junto a la Metropole Orkest Strings reviviendo las grandes composiciones del cine americano.

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