Concierto: una noche con Branford Marsalis Quartet en Fijazz

Por fin tuvimos oportunidad de escuchar en Alicante al cuarteto de Branford Marsalis, uno de los grupos más serios y consolidados del panorama jazzístico actual. Lo cual sirve también para congratularnos de que por primera vez en bastante tiempo el festival veraniego alicantino haya contado con una programación elaborada con cierto criterio.
Ficha del concierto
- Lugar: ADDA (Auditorio de la Diputación de Alicante)
- Fecha: 18/07/2013
- Formación:
- Branford Marsalis: Saxo tenor y soprano
- Joey Calderazzo: Piano
- Eric Revis: Contrabajo
- Justin Faulkner: Batería
Crónica del concierto
El hermano mayor de la saga Marsalis, cuenta con una larga trayectoria en la que destacan participaciones con los Jazz Messengers de Art Blakey o con figuras como Wayne Shorter o el mismísimo Miles Davis. Un largo camino que le ha llevado a convertirse en uno de los principales saxos tenores del panorama jazzístico internacional desde hace ya bastantes años.
Rebasada la cincuentena y alcanzada una sólida madurez, propietario de su propio sello (Marsalis Music) y poseedor de una arraigada trayectoria que le ha permitido situarse en un lugar privilegiado en la élite de los músicos de jazz, Branford puede dedicarse tranquilamente a girar con su cuarteto y a interpretar la música que más le apetece sin ningún tipo de condicionamiento.
Lo primero que cabe destacar es la excelencia de los cuatro músicos que componen el grupo. Resulta difícil encontrar a cuatro intérpretes de tan alto nivel en una formación estable, de tal modo que la mesa no cojea por ninguna de sus patas y además eso le permite a Branford limitar su participación en el grupo, dejando cancha más que suficiente a sus acompañantes.
Y los acompañantes son de auténtico lujo, en especial ese soberbio pianista que es Joey Calderazzo. Un servidor ya recordaba dos memorables actuaciones suyas, de ambas hace ya bastante tiempo, una con el cuarteto de Marsalis en el Festival de jazz de Cartagena y otra acompañando al recordado Michael Brecker en el puerto de Alicante. Calderazzo ha ganado en solidez y sabiduría (y también en algunos kilitos, pero eso no nos interesa demasiado). Poseedor de una técnica asombrosa, resulta fulgurante en sus solos, combinando sensibilidad y garra como el maestro que es, lo mismo como solista que como integrante de la sección rítmica del cuarteto.
Otro tanto se puede decir de Eric Revis, un excelente contrabajista, que se lució tanto en los solos como en el acompañamiento. Lástima que su labor se viera un tanto oscurecida por los ya tradicionales problemas de sonido en el ADDA en este tipo de conciertos. (¿Nadie se da cuenta o es que a nadie le importa?).
Y por último la más reciente incorporación al cuarteto, el jovencísimo batería Justin Faulkner. No era tarea fácil sustituir a un batería de la talla de Jeff “Tain” Watts, pero Branford Marsalis sabe muy bien elegir a sus acompañantes y en esta ocasión ha acertado de nuevo. Faulkner es toda una promesa ya consolidada. Sin duda nos tiene reservados muy buenos momentos.
En cuanto al concierto en sí, no alcanzó la intensidad de aquel concierto cartagenero al que antes me refería. Branford se reserva bastante, dejando mucha más cancha al resto del cuarteto, incluso le dedica casi tanto espacio (demasiado para mi gusto) al soprano como al tenor. Aun así sus conciertos siguen resultando apabullantes. Una explosión de música bien interpretada casi sin concesiones (salvo algún tema de los bises) intensa y poderosa; jazz en estado puro. Para eso es quien es y puede hacer lo que dé la gana. Y no podemos reprocharle nada porque seguimos pasándolo muy bien mientras lo escuchamos.
Recién llegado de la decepción del concierto de Al Jarreau (no se salva ni como concierto pop), último concierto del Fijazz de este año, se puede señalar el del Branford Marsalis 4t como el mejor de todo el festival (al final, lamentablemente, con «f» minúscula y no siempre por cuestiones achacables a la organización), junto al de A. Sandoval y, un poco más lejos (sobre todo por el mal sonido que lo lastró irremediablemente), el de Gregory Porter. Hay que insistir en que el concierto era del BM4t y no, como rezaba la entrada, de BM, lo cual ha explicado el propio Marsalis en algunas entrevistas: el concepto actual no es el de un solista -más o menos omnipresente- respaldado por un grupo (brillantísimo, eso sí), sino el del cuarteto como unidad en el que todos los miembros que lo integran asumen un papel similar. Esto puede dejarnos en algunos momentos con la miel en la boca y, sí, desear que BM se luzca más. Por lo demás, comparto los argumentos que se señalan en la reseña e insisto en un tema en el que habrá que ponerse pesados: a estas alturas, resulta intolerable que unos conciertos de elevado nivel artístico no se vean correspondidos por un sonido a la misma altura. Es intolerable e injustificable oir, concierto tras concierto, los cañonazos de la batería, que tapa al resto de instrumentos y que suena completamente sorda, con golpes secos, sin ningún rasgo propio del timbre del instrumento. A hostias, vamos. Esto perjudicó mucho gran parte de los solos de JFaulkner, excelente baterista, por otra parte y deslució el acompañamiento del resto del grupo. Y esta situación se ha repetido concierto tras concierto, salvo que se utilizaran escobillas o, en ocasiones, mazas. En fin…aquí lo dejo.
Pues ya lo has dicho todo y muy bien, Paco, como casi siempre estamos de acuerdo.