Concierto: Deborah J. Carter en Xàbia Jazz 2011

Si eres lector habitual de JazzTK («hay gente pa tó”, como dijo el torero al enterarse que una persona podía ganarse la vida pensando), te habrás dado cuenta que no somos una web donde prime la actualidad. Nuestros artículos no están ungidos de esa pátina de lo último de lo último.

¿Y por qué digo esto? Porque te vengo a contar un concierto que tuvo lugar hace un par de meses. Digamos que nos gusta reposar nuestras crónicas, ;-).

El concierto lo disfrutamos dentro del sensacional Festival Xàbia Jazz 2011, y tuvo como protagonista a una cantante alegre y sonriente con una voz magnífica y que sabe cómo hacer que el público se lo pase bien: Deborah J. Carter.

Deborah J. Carter en Xàbia Jazz 2011; © Álex García

Deborah J. Carter en Xàbia Jazz 2011; © Álex García

Ficha del concierto

  • Cartelón Xàbia Jazz 2011; © Álex García

    Cartelón Xàbia Jazz 2011; © Álex García

    Fecha: 7 de agosto de 2011

  • Lugar: Plaça de la Constitució, Xàbia
  • Festival: Xàbia Jazz
  • Formación:
    • Deborah J. Carter (cantante)
    • Coen Molenaar (piano)
    • Mark Zandvelt (bajo eléctrico)
    • Enrique Firpi (batería)

Crónica

El jazz vocal, cuando es bueno, me encanta. (Una perogrullada como cualquier otra, porque el jazz instrumental, cuando es bueno, también me encanta, pero de alguna forma había que comenzar la crónica…).

Deborah J. Carter es una gran cantante. Además, es una de esas artistas que puedes ver que se entrega en el concierto, que lo disfruta, que lo vive intensamente. Y eso suele ser casi siempre una garantía de éxito. Y en este caso lo fue.

Mark Zandvelt; © Álex García

Mark Zandvelt; © Álex García

El comienzo del concierto fue con una buena versión de My Favourite Things, con un scat con un tremendo swing. El piano nos demuestra con un solo enérgico su clase. Ya desde esa primera canción el público aplaude entusiasta, y eso me gusta; la artista sabe lograr una conexión desde el inicio.

Coen Molenaar; © Álex García

Coen Molenaar; © Álex García

El concierto se fue moviendo entre estándares clásicos (o no tan clásicos) de jazz (Moanin’, Groovin’ High, Lullaby Of Birdland, Girl Talk, Bether Than Anything, Where Is Love, Body And Soul, Love Is Here To Stay) y estándares de los Beatles (Yesterday, Day Tripper, Can’t Buy Me Love, Here There And Everywhere).

Portada del disco de Daytripper

Deborah tiene un álbum con canciones de los Beatles: Daytripper, a Beatles tribute (que compramos después del concierto y lo tenemos firmado). Estos chavales liverpulenses dejaron un buen puñado de grandes canciones escritas, de las cuales algunos músicos han hecho tremendas versiones (de las cuales algunas son tremendamente buenas y otras tremendamente horribles). Las de Deborah y sus acompañantes son muy buenas.

La verdad es que a lo largo de todo el concierto Deborah J. Carter dejó muestras de una gran voz, que domina de manera magnífica (ya sabemos que la potencia sin control no sirve de nada y ejemplos hay por doquier si tienes la desgracia de escuchar radiofórmula). Ese dominio de su voz se hacía más patente, si cabe, en el scat. Nos deleitó en diversas ocasiones con un scat muy bueno.

Sus acompañantes estuvieron muy bien, destacando sobre todo el pianista, que dejó algunos solos magníficos.

Enrique Firpi; © Álex García

Enrique Firpi; © Álex García

Entre canción y canción la cantante hablaba al público, explicaba cosas de las canciones con un castellano correcto, si bien en alguna de las ocasiones costaba un poco seguir su explicación. Como decía, su conexión con el público fue genial desde el comienzo al fin del concierto. Incluso después de acabar el concierto, cuando estaba firmando autógrafos, también transmitía esa simpatía con el público.

Deborah J. Carter descalza; © Álex García

Deborah J. Carter descalza; © Álex García

Una muestra de esa conexión y de la simpatía que transmitía fue que en un determinado momento del concierto, se descalzó. “Tenía que salir de mis zapatos” o algo similar dijo.

Y cuando llegaba el final del concierto agradeció a todo el mundo: a la organización, a Kiko Berenguer, a los técnicos de sonido y luces, al público,… “Lo hemos pasado superbién”. Pues sí, resulta fácil de creer que se lo pasara bien, porque la verdad es que resulta magnífico ver a alguien que disfruta tanto haciendo lo que hace. Y eso llega al público.

Y no podemos terminar esta crónica sin dar las gracias a Kiko Berenguer la oportunidad que nos facilitó para poder realizar fotografías y poder cubrir los conciertos del Festival. Tenemos pendiente una crónica, la de la Big Band de Bob Sands, de quien ya publicamos un reportaje fotográfico en JazzTK.

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