Concierto: Toquinho, un guitarrista de leyenda a nuestro alcance

Toquinho, como muchos de nosotros, ya no tiene el pelo de antes ni tal vez la misma voz pero su maestría con la guitarra es incuestionable y así lo dejó patente en el concierto de San Javier donde hizo un repaso por lo mejor de su larga carrera.

Toquinho; Copyright: RMellado/Jazz San Javier
Ficha del concierto
- Festival: Jazz San Javier 2012.
- Lugar: Auditorio parque Almansa, San Javier (Murcia).
- Fecha: 21 de julio de 2012.
- Formación
- Toquinho, cantante y guitarra.
- Silvia Goez, piano.
- Ivani Sabino, bajo.
- Pedro Paula D’elia “Pepa”, batería.
- Anna Setton, cantante.
Crónica del concierto
El cantante, compositor e intérprete popularizó en nuestro país la bossa nova y la música popular brasileña (MPB para los amigos) en la década de los años setenta y ochenta, preparando el camino para el desembarco posterior de Caetano Veloso y Gilberto Gil en los noventa y todos los que vinieron después. Por tanto es un placer comprobar como su simpatía y buenas maneras siguen intactas tantos años después.

Toquinho; Copyright: RMellado/Jazz San Javier
La música brasileña ha tenido una repercusión extraordinaria en el resto de músicas y en el jazz especialmente, raro es el intérprete que no incluye aromas de esas tierras en sus discos o edite su personal homenaje a este país/continente. En el festival de San Javier he tenido la suerte de disfrutar del piano swingueante de Joao Donato y de la clase de Rosa Passos y Eliane Elias. La cita con Antonio Bonceolli Pecci Filho, más conocido como Toquinho, era por tanto era ineludible. Un excelente instrumentista y compositor de más de quinientas canciones, con una carrera de cuarenta años a sus espaldas.
El artista se presentó al frente de un grupo donde destacaba la pianista Silvia Goez, una habitual en sus conciertos. ¿Por qué no toca el maravilloso piano de cola y lo cambia por un piano eléctrico? Enseguida tuve la respuesta: porque no puede bailar con el Steinway & Sons; la buena de Silvia no paró en toda la actuación desde los primeros dos temas instrumentales. Su teclado era el complemento perfecto para las armonías del paulista.

Toquinho; Copyright: RMellado/Jazz San Javier
Toquinho abrió el fuego con una de mis canciones favoritas Tarde em Itapoa, compuesta con uno de sus parceiros (compañeros) predilectos, el poeta Vinicius de Moraes, muy presente toda la noche. Un recuerdo a una tarde en la que los dos iban por esa playa de Bahía, bebiendo cachaça, con la mirada perdida en el encuentro de cielo y mar de la que surgió el famoso estribillo:
Passar uma tarde em Itapoa
Ao sol que arde em Itapoa
Ouvir o mar de Itapoa
Falar de amor em Itapoa…
Otra de sus parejas artísticas fue el gran Jorge Ben del que recuperó Que maravilha, dedicada a una de sus novias y con esos versos iniciales tan chulos:
La fora está chovendo
mas asi mesmo eu vou correndo
so para ver eu meu amor…
A continuación hizo un popurrí instrumental de composiciones del maestro Antonio Carlos Jobim, bien acompañado por la sección rítmica. Temas mil veces oídos pero no por uno de los protagonistas de aquella bossa nova que sigue muy viva en el 2012. A diferencia de otras actuaciones suyas Toquinho habló poco pero tocó mucho y bien su guitarra de Barcelona. Especialmente bonito fue el recuerdo a su maestro Paulinho Nogueira del que interpretó una de sus Bachianinhas, homenaje a las Bachianas Brasileiras de Villa-Lobos. No olvidó a otra de sus influencias la del guitarrista Baden Powell y sus Afro-Sambas.

Toquinho; Copyright: RMellado/Jazz San Javier
A mitad de su actuación llamó al escenario a Anna Setton una joven cantante que interpretó otros clásicos como Chega de Saudade mientras Toquinho seguía con sus diabluras con el instrumento de las seis cuerdas. Su mano izquierda se deslizaba con velocidad por el mástil mientras con la derecha hacía sonar las cuerdas con su batida característica. Sonaron sambas lentos y otros temas de Jobim, Jorge Ben, Chico Buarque y de nuevo Vinicius con su famoso Tonga da Mironga una canción protesta contra la dictadura brasileña (la traducción sería una expresión para mandar a cierto sitio todo lo que no nos gusta, muy útil para los tiempos que corren). No podía faltar su famosísima Aquarela que tantos discos vendió en España y en todo el mundo en los años ochenta.
Salí del auditorio con la alegría de haber renovado mi devoción a la música brasileña de la mano de uno de sus mejores embajadores. ¡Toquinho, vuelve cuando quieras!
Mi valoración
¿Estuviste en el concierto? ¿Te gustó? ¿Te mola la bossa nova?