Conversamos con José Horna, fotógrafo de jazz (Conversajazz nº 31)

La entrevista número 31 es con uno de los fotógrafos de jazz que más admiro: José Horna. Es una entrevista intensa y profunda, donde José nos hace llegar su forma de entender la fotografía en el jazz. Una conversación muy, muy recomendable.

McCoy Tyner; ©José Horna

El entrevistado: José Horna

A este fotógrafo lo conozco desde hace bastantes años. Bueno, desde hace bastantes años si nos manejamos en el mundo cibernético. Fue allá por el 2006 cuando lo conocí por los foros de OjoDigital, foro de fotografía.

Le vi alguna foto suya, que me llevó a su web Jazzografías que, debo decirlo, me dejó completamente anonadado. Me encantó. Me pareció una colección de fotografías de jazz sensacional. Unía mis dos mayores aficiones, el jazz y la fotografía. Yo aún no había empezado a hacer fotos en concierto, pero fue ese mismo año, un poco más avanzado, cuando me estrené y aquellas fotos resonaban en mi cabeza.

Doc Cheatham; ©José Horna

Le he puesto en el compromiso que se presentara, y ha salido airoso:

Me llamo Jose Horna y soy fotógrafo de Jazz desde hace algo más de 20 años, colaborando con revistas especializadas, libros, discos, carteles. Mi otra pasión fotográfica es el Documentalismo Social /Fotografía de calle, entendiéndola de una manera muy próxima -o eso intento- al planteamiento de conjunción intuitiva de fondo y forma, con una perspectiva humanista, propia de clásicos como Cartier-Bresson, Doisneau, Willy Ronis, William Eugene Smith… En el fondo, siempre he pensado que ambas cosas no son sino las dos caras de una misma moneda.

Te dejo un enlace a su perfil: José Horna.

 El cuestionario de Conversajazz

Empezamos con tu pasión por el jazz…

¿A quién has visto en directo que te ha parecido colosal? ¿A quién te hubiera gustado ver?

He tenido la inmensa fortuna de ver a Tete Montoliu, Joe Henderson, Elvin Jones, McCoy Tyner, Sonny Rollins, Doc Cheatham, Betty Carter, Abbey Lincoln, Max Roach…  Y me hubiera gustado ver -y fotografiar- a Thelonious Monk, John Coltrane, Billie Holiday… En ambos casos me dejo a mucha, muchísima gente, pero es lo que me ha salido a bote pronto.

Joe Henderson; ©José Horna

¿Qué le dirías a alguien que no sabe nada de jazz, a quién le recomendarías que escuchara?

Le recomendaría que escuchara My favourite things de John Coltrane o Bolero de Larry Coriell y, más que decirle yo algo, preferiría que se lo dijera Bertrand Tavernier con su maravillosa película Round’ Midnight. Y si ya le empiezan a brillar los ojos culminaría con el famoso documental The sound of Jazz (1957). A ver si se resiste a Billie cantando Fine and Mellow y cómo le mira a Lester Young cuando éste se levanta para tocar su solo…

Dime un libro que te recuerde a jazz.

Que sean dos, por favor. Por una parte -siempre- Rayuela, de Julio Cortázar. Y por otra, cualquiera de las novelas de James Connelly protagonizadas por el detective Harry Bosch. En ellas puedes encontrar párrafos como éste:

– ¿Cómo es que la gente te llama Jazz?
– No lo sé. Supongo que va con el nombre, Jasmine.
Al cabo de unos segundos, ella quiso saber por qué se lo había preguntado.
– Porque hueles como tus dos nombres. Como la flor y como la música.
– ¿A qué huele el Jazz?
– Huele oscuro y ahumado.»
Michael Connelly, The last coyote

Diana Krall; ©José Horna

Y ahora, ayúdame con la sección de jazz y cine: ¿qué película te gustaría que comentara?

Mo’ Better Blues de Spike Lee.

Sé que es muy difícil elegir uno, pero ¿cuál tu estándar de jazz favorito?

Hay tantos… pero si hay que decantarse por uno elegiría Round’ Midnight.

Seguimos con tu afición por la fotografía de jazz. Ahora, completa la frase…

Del primer concierto de jazz que fotografiaste los que recuerdas es…

Que había poquísima luz… y que fue una experiencia apasionante. Fue High de Prime Trio en la Casa Municipal de Cultura de Basauri (Bizkaia), en 1992. El «gusanillo» que me entró de forma algo difusa con aquel concierto tomó forma cuando me encontré con una cita del maestro William Claxton: «La Fotografía es Jazz para tus ojos».

Brian Blade; ©José Horna

Todos tenemos motivos. Canta Sabina que «nos sobran los motivos». Los tuyos para hacer fotografía de jazz son…

Me voy a remitir a un texto que escribí hace ya bastantes años y con el que me sigo identificando:

¿Por qué fotografío Jazz?  Después de dos o tres horas de tensión, cámara en ristre, al pie del escenario de un gran festival o de un pequeño local, ésta es la pregunta que me hago habitualmente.

¿Por qué empeñarse en regresar a esos universos subterráneos que nacen y mueren alrededor de la media noche? Parte de la respuesta está en esos sonidos que estallan o susurran rompiendo, en las líneas de un pentagrama, la más clásica de las lógicas y obligan a asumir el papel de perpetuo perseguidor de lo imprevisible.

Pero eso no es todo. Quedaría por explicar la traducción de ese tiempo tormentoso a imágenes en las que la fotografía tiende a romper las proporciones y la colocación de los puntos de interés, los planos de enfoque y desenfoque, el equilibrio de luz y oscuridad, para poder expresar por qué el resultado acaba desembocando en una negrura cálida y envolvente; como si a partir de determinado mojón kilométrico en el territorio del Jazz, la fotografía se convirtiera natural y necesariamente en lo que -de forma muy subjetiva- denomino Jazzografía.

¿Por qué fotografío Jazz? Quién sabe… Podría nombrar muchas cosas: las grabaciones de Billie Holiday o John Coltrane, las fotografías de maestros como Herman Leonard, William Claxton, William Gottlieb o Guy Le Querrec, los programas de radio de Pío Lindegaard o Juan Claudio Cifuentes «Cifu»… Sea como fuere, desde un punto de vista más personal sólo puedo decir que, en ocasiones, al igual que el músico protagonista de un conocido relato de Julio Cortázar, he tenido la inolvidable sensación de que esas conjunciones de música e imágenes que me transportaban a una noche larga y triste como una balada de Lester Young las estaba fotografiando… mañana.

Me imagino que llega un momento, o varios si eres afortunado, que hacen que digas «cuánto me alegro de dedicarme a esto». Los momentos en los que piensas «sólo por esto merece la pena» son…

Los momentos en que música e imagen encajan, cuando todo fluye libremente y la cámara tiende a convertirse en otro instrumento más, capaz de seguir la melodía y de improvisar…

Antonio Sanchez; ©José Horna

Y de vez en cuando giras la vista a tus comienzos como fotógrafo de jazz y te ves ahora, y piensas…

“Qué ingenuo era y qué poco parecía pesar la bolsa del equipo entonces…». No, en serio, con el paso del tiempo vas conociendo las grandezas y las pequeñas miserias del mundo del Jazz -como las de cualquier otro mundo- y lo que antaño era ingenuidad por falta de información ahora es reafirmación en el entusiasmo a pesar de todos los pesares. La «pasión» ahora es «pasión informada», y eso da unas bases más sólidas para continuar en la brecha.

Supongamos que se te acerca un chaval o chavala por la calle, o te remite un mail que para el caso es lo mismo, y te dice «oye te admiro, conozco tu trabajo y a mí me encantaría dedicarme a esto» y tú le contestas…

No le desanimaría, desde luego, si veo en esa persona una auténtica pasión por el Jazz y la fotografía; pero le dejaría bastante claro que -al menos en este país- vivir exclusivamente de la Fotografía de Jazz es una auténtica quimera. Si asume eso, buena cámara, buenos objetivos, oídos y ojos bien abiertos… y ¡adelante!

Ron Carter; ©José Horna

Y por último…

¿Qué música estás escuchando mientras respondes a la entrevista?

Goodbye Pork Pie Hat de Charles Mingus y Blue Monk de Thelonious

Siempre nos queda algo en el tintero. Concretamente te gustaría añadir…

Además de agradeceros esta entrevista, sólo me quedaría por añadir que la Fotografía de Jazz forma parte de la Historia del Jazz, de su cultura. Sin ella, obstaculizándola o prohibiéndola, limitándola o encerrándola en espacios y tiempos mínimos y asépticos, se está matando una buena parte de la memoria de una música que marcó el siglo XX y que puede seguir haciéndolo en el XXI.

Ése es el riesgo de tanto «No Photo, No Photo!» que hemos de escuchar por parte de algunos managers, organizadores o, incluso, músicos. Como si el Jazz se pudiera «enlatar» en plan súper-gira de OT…  porque no entienden que es -como decía Julio Cortázar,

una música que espanta a los cogotes de platea, a los que creen que nada es de verdad si no hay programas impresos y acomodadores, y así va el mundo y el jazz es como un pájaro que migra o emigra o inmigra o transmigra, saltabarreras, burlaaduanas, algo que corre y se difunde….

Completamente de acuerdo con muchas cosas, y, sobre todo, con esto último. Resulta bochornoso escuchar a una pianista decir que sólo permite fotografías en la primera canción y por fotógrafos profesionales. Y no es un caso hipotético.

Bueno, espero que te haya gustado la entrevista tanto como a mí. Ya tenía ganas antes de la entrevista, pero ahora tengo muchas más de conocer en persona a este gran fotógrafo de jazz.

También te podría gustar...

2 Respuestas

  1. Roberto dice:

    Q grande José Horna!!! Mil gracias por la entrevista. Creo que algunas de sus citas me las «apropiaré» para futuros usos.

    GRACIAS GRACIAS GRACIAS

    • Álex García dice:

      Es un fotógrafo soberbio y la verdad es que nos deja unas reflexiones muy interesantes en la entrevista. Gracias por el comentario, Roberto.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *