RecomendaTK: Happines is a thing called… JAZZ, Enric Peidro Swingtet

Reseña del magnífico disco del Enric Peidro Swingtet, Happiness is a thing called… JAZZ, un disco para disfrutar y levantar el ánimo.
Ficha del álbum
- Fecha de grabación: 2017
- Año de edición: 2017
- Sello: Snibor Records
Músicos
- Enric Peidro, saxo tenor
- Sergio García-Aleix, trompeta
- Voro Hernández, trombón
- Richard Busiakiewicz, piano
- Oscar Cuchillo, contrabajo
- Simone Zaniol, batería
- Kike Guzmán, saxo alto en temas 3, 4, 5, 7, 9 y 10
Temas
- Swingin’ Back (Green)
- I’m confessin (Daugherty/Reynolds)
- Movin’ with Lester (Young)
- I’d be there (Hodges)
- Idaho/Bean Stalking (Stone/Hawkins)
- So what’s new (Auld)
- Living my life (Byas)
- Shorty George (Basie)
- Moonlight fiesta (Tizol/Ellington)
- T’aint me (Heywood)
- Walkin’ home (Cobb)
En su reciente e interesantísimo libro Cómo escuchar jazz, el crítico Ted Gioia cuenta lo siguiente sobre la eclosión del swing en los años 30 en Estados Unidos: “El swing no tardó en oírse por todas partes: en la radio, los tocadiscos, en las películas y en vivo en miles de salas de baile y clubes nocturnos de costa a costa. […] Lo maravilloso no es tanto que artistas como Duke Ellington y Benny Goodman creasen obras musicales maestras, ricas y complejas, sino que de alguna manera lo consiguieron mientras vendían millones de discos y dominaban lo que hoy se llamaría cultura pop. […] En ningún momento de la historia musical de Estados Unidos fue tan flexible ni se caracterizó por interacciones tan sorprendentes la línea divisoria entre la música comercial popular y la música intelectual de las salas de conciertos”.
Este es el hecho: el swing fue durante un periodo de tiempo la música más popular, la más escuchada y bailada por el público. Sin embargo, hoy en día ha quedado prácticamente arrumbado en los cajones del olvido y es raro escucharlo incluso en programas de radio especializados. El jazz ha sufrido tantos cambios, evoluciones y vaivenes a lo largo de su historia que ya casi nadie se acuerda de aquellos lejanos éxitos.
Por eso resulta especialmente gozoso que en la actualidad existan músicos como Enric Peidro, dispuestos a rescatar aquel espíritu divertido y musicalmente tan atractivo de la era swing. Porque la labor de Enric y sus músicos no se realiza desde una visión que pudiéramos tildar de “arqueológica”, sino desde una concepción totalmente actual, aunque, eso sí, ajena a modas y tendencias, asimilando todo el bagaje musical posterior y poniendo al día, desde una mirada festiva, aquella música tan rica y tan agradable de escuchar.
Su última grabación al frente de un potente grupo bautizado como “swingtet”, demuestra todo cuanto estamos diciendo y, en este sentido, el título del disco no puede ser más significativo: Happiness is a thing called… JAZZ.
Lo primero que salta al oído al poner el disco en el reproductor es que el grupo suena como un engranaje perfecto, una máquina bien ensamblada donde cada uno de sus miembros encuentra apoyo perfecto en el resto de los músicos y, a su vez, se deja entrever una compenetración total entre ellos para conseguir sonar como un todo homogéneo, sin desdeñar por ello el lucimiento de las individualidades.
Y entre las individualidades destaca, sin lugar a dudas, un Enric Peidro cada día más sólido y más seguro de sus posibilidades, como queda de manifiesto en unos solos tan elegantes como impecables. A su lado, ese gran pianista de difícil apellido que es Richard Busakiewicz, vuelve a demostrar una vez más su maestría, tanto en los solos como formando parte de la sección rítmica. Junto a ellos la trompeta de Sergio García-Aleix (brillante en “I’d be there” y “T’aint me”), el trombón de Voro Hernández (un excelente émulo de Juan Tizol en “Moonlight Fiesta»), Óscar Cuchillo y Simone Zaniol al bajo y la batería respectivamente, y la colaboración en la mitad de los temas del saxo alto de Kike Guzmán, terminan componiendo un conjunto de muy alto nivel instrumental.
El repertorio se compone de clásicos, en general no demasiado conocidos, de autores tan relevantes como Count Basie, Duke Ellington, Don Byas (verdaderamente delicioso ese “Living my life”, mi tema favorito junto al “Walkin’ home” de Arnett Cobb que cierra el álbum), Lester Young o Johnny Hodges, entre otros.
Esto es toda una lección de swing o de jazz clásico, como ustedes prefieran, donde, como suele suceder en las obras importantes, lo complejo surge de manera tan natural y fresca que parece sencillo. Un disco para disfrutar, levantar el ánimo y gastarlo de tanto darle vueltas en el reproductor.