RecomendaTK: Vivir con banda sonora, desvergonzado exhibicionismo musical

Descargo de responsabilidad: a Ramón lo considero mi amigo, aunque eso no afecte a la opinión que voy a dar.
Aviso para navegantes: este libro es un ejercicio de desvergonzado exhibicionismo por parte del autor. Además engaña porque parece lo que no es. Y lo he disfrutado de principio a fin.
Dicho lo cual comenzamos: ¿Por qué engaña este libro? Porque cuando Ramón comenzó el proyecto me contó que estaba recopilando artículos para publicarlos en formato de libro, lo cual me pareció fenomenal porque cada artículo de Ramón García en la prensa lo leo con fruición. Siempre me resultan interesantes, incluso cuando los músicos de los que habla me puedan gustar poco o nada (a veces pasa) o simplemente no los conozca.
Nunca me había parado a reflexionar sobre el motivo por el cual me apetece leerlos, aunque al comenzar el libro me di cuenta: el autor nos está contando una historia sobre él. No se trata de que siempre esté hablando de él, se trata de que en la breve historia que nos cuenta siempre pone su alma, siempre te das cuenta de que le afecta a él, no es algo aséptico u objetivo, sino que disfruta de una maravillosa subjetividad que lo hace interesante.
Además hay que reconocer que, como diría el poeta, «mira que escribe bien, el jodío». Y en muchas ocasiones me hace sonreír, cualidad nada desdeñable en los tiempos convulsos que corren. Porque Ramón sabe introducir elementos de actualidad en forma de ironía incluso cuando habla de su amado McCartney:
No sé por qué, pero hay una tendencia generalizada a exigir al músico de rock su pronta retirada en cuanto se le detecta la primera cana o arruga. No existe tal apremio en otras profesiones, y eso que nos gustaría que determinadas políticos se jubilasen en plenitud de facultades, para mayor tranquilidad de la ciudadanía.
La sabiduría de las canas

Entonces, si no es una recopilación de artículos… ¿qué es? Pues aquí viene lo del desvergonzado exhibicionismo. Ramón organiza los artículos por sus etapas vitales, o por temáticas, pero lo hace añadiendo unas introducciones a cada artículo con los que los va enlazando y nos va contando cosas sobre él. Lo puede haber hecho de forma más o menos consciente, pero se desnuda ante nosotros (ojo, estamos hablando en forma metafórica, por suerte o por desgracia según la perspectiva). Nos habla sobre sentimientos que cualquier pirao por la música reconocerá inmediatamente. Toda persona que en alguna ocasión se haya sentido golpeado ante el descubrimiento de un álbum, de una canción, de un solo, de un sonido, de un artista se sentirá directamente interpelada por Vivir con banda sonora.
Me ha hecho recordar momentos de mi vida en los cuales yo descubrí a un determinado músico, por ejemplo que estaba en Islandia cuando me golpeó un solo de Mark Knopfler con sus Dire Straits. O que en la universidad me enamoré de un disco de Aute con su amigo Silvio. También me ha provocado el deseo de descubrir algunos músicos que no conocía, de los que no había oído hablar (o no para bien). Sé que esto último le encantará saberlo a Ramón, porque compartimos pasión divulgadora, nos encanta ser capaces de descubrir a otros música que nos gusta.
Que Ramón es un auténtico pirao de la música está claro en todo el libro. Me encanta la forma que tiene de ponerse a indagar en un músico o grupo que descubre: ¿viene a actuar a Almería un grupo? Pues se escucha su discografía completa, se lee lo que encuentra sobre el grupo, lo reflexiona y escribe el artículo. Es un auténtico estudioso de la música que le gusta. Y sé que eso es una enfermedad difícil de curar.
Por cierto, al libro le acompaña una magnífica lista de reproducción de Spotify de ¡¡¡más de 26 horas!!! Es una idea tan acertada como obvia, y me ha servido para introducirme más en lo que me cuenta. En ocasiones iba con retraso en la lista, estaba escuchando música de hacía varios artículos y en otras ocasiones escuchaba más que leía y estaba oyendo música de la que aún no había leído el artículo y me generaba interés por saber qué me iba a contar de ese tema.

Por último, pero no menos importante, el libro es muy bonito porque Ramón ha conseguido que dos tremendamente buenas ilustradoras (sus hijas Marta y Paula) hayan hecho ilustraciones para el libro. Sólo él sabrá cómo lo ha conseguido.
En fin, que como puedes imaginar por lo que has leído hasta llegar aquí, me ha encantado el libro y si te gusta la música te lo recomiendo encarecidamente.